Hay personas que olvidan haciendo un esfuerzo, sufren durante un breve periodo en el que hacen complicadas estrategias en las cuales ponen todas sus ganas para joder todo lo que puedan a una persona a la que lo asuman o no o no, pasa de ellos/as, se creen que son retorcidos e invencibles, que en cuestión de dias o como mucho semanas tendrán completa amnesia hacia la persona amada y que en poco tiempo la tendrán arrodillado/a a sus pies.Intentan olvidar planeando, olvidar adrede.
Otras, muy dolorosamente ponen distancia de por medio.Juran que en la vida volverán a dirigir una palabra a ese pedazo de cabrón/puta que tanto daño les a hecho. Están mal por no hablarles pero se sienten fuertes y orgullosos. Y todo es una gran mentira porque luego van preguntando a sus amigos/as , espiando, mirando fotos, comentarios...Intentan olvidar engañándose, olvidar distanciándose
Yo sin embargo olvido por cansancio. Con el amor fracasado hago una especie de hibernación, me encierrro en un estado de letargo, arropándome con los recuerdos y autocompadeciéndome.
Me parece que tengo todo el tiempo del mundo para perderlo o para inventirlo en causas perdidas.
No hacía nada por mi, hacía todo por él.Con tal de que me dedicara cuatro ridículas palabras yo era capaz de autoinmolarme, era amor al borde de lo peligroso.
Sus cuatro palabras eran como mi comida favorita.
Y la comí tantas veces que me produjo dolores y vómitos.Pero yo aún no estaba saciada. Era como un bebé glotón y acaparador, cuanto más comía más quería y cuanto más conseguía mas dolía.Y no me importaban las indigestiones, hacía oidos sordos a los consejos de los demás.Solo era una niña hambrienta.
Lo lógico sería decir que ya he parado de comer por mi salud o por mi bien, pero no sería verdad. He parado de engullir por empacho, por cansancio.
Ahora , él no es mi comida favorita, cada vez me acuerdo de aquellos atracones furtivos de esas palabras tan envenenadas y a la vez tan dulces me dan arcadas.
Olvidando, definitivamente soy la más lenta, y no hay nadie que haya conseguido cambiarlo.
Menos mal que odio la monotonía y la rutina. Y esto ya más que un amor trágico, era una costumbre, un mal hábito, una adicción. Estaba ya disciplinada a sufrirle, amoldada a su ausencia.
Hasta que un día sus cuatro plabras se transformaron en ocho y fue entonces cuando las noté como algo demasiado hueco, demasiado vacío y simple como para que dolieran o siquiera importaran.
ya no había un charco en la almhoada porque le habia olvidado por aburrimiento, estaba cansada definitivamente.
Trik Cepat Cara Bermain Gitar yang Benar
Hace 8 años