20090511

La gran puerta blanca

A ella siempre le gustó volar. Asique aquella noche se puso su ropa ligera y cómoda y decidió que ya era hora de regalarse un buen vuelo nocturno por su propio mundo.
Cuando ya se disponia a saltar por la ventana y casi sentía ya la maravillosa sensación de planear, de repente alguien la cogió de las alas y la apartó bruscamente de la ventana.Se dió la vuelta muy sobresaltada y allí estaba él.
-¿Qué demonios haces?¡Me has asustado!-Estaba indignada, pensaba que podía ser un secuestrador o algo similar a esas horas de la noche y la había dado un buen susto.
-Se acabó el volar por la noche-La seguía apretando las alas con fuerza y en su cara se formaba un gesto impasible.
-Vamos tonto. que no me pasará nada-Esta vez fue más amable pues creyó que aquel contratiempo estaba producido por la preocupación de que la pasara alguna cosa mala en la oscuridad-De día es mucho más peligroso que por la noche porque...
-Creo que no me estás entiendiendo-Dijo él peligrosamente y apretandole las alas con mayor fuerza- Se te acabó el volar.
-¿Cómo que se me acabó el volar?-Estaba completamente confundida, no entendía porqué le decía eso ahora, y además con esa expresión que alojaba tanta rabia dentro- Volar es algo que he hecho siempre, yo lo necesito. Solo asi soy capaz de dejar atrás todo aquello que me angustia y solo asi puedo llegar a la gran puerta blanca que encierra mi mundo.
-Por eso mismo te cortaré las alas para que no puedas llegues hasta la puerta.-Sacó de su bolsillo un cuchillo pequeño.

Se quedó paralizada, nunca le había visto así, tenía un brillo muy oscuro en los ojos. Era depeción mezclada con rabia, dolor y venganza. Intentó unir cabos, él se había pasado todo el día fuera de casa, dijo que tenía una reunión importante, ella pensaba que estaba aun trabajando cuando se disponia a volar y entonces apareció.
El fin de semana había estado basatnte bien, no había motivos para ningún enfado y menos para esa situación tan violenta. Al no ser que...No eso no podía ser, era imposible del todo. O al menos eso creía la inocente Lucy...



CONTINUARÁ.

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